Son muuuuuchas las cosas que me dejan
boquiabierta de la América profunda que voy conociendo, algunas para bien,
otras para mal. Como para mal ya he comentado algunas (el timo de muchos
dealers, la falta de educación de los profesores, el consumismo desmesurado, la
heroicidad de los militares aunque la gran mayoría no haya hecho nada, etc.),
voy a comentar las buenas, que también son muchas.
Hay cosas que serán una chorrada, pero
que me parece que están genial y en las que no había caído. Otras serán cosas
“grandes” y de las que creo que deberíamos aprender.
Los alumnos excelentes y los autobuses
escolares:
Es realmente impresionante lo bien
organizados que están los colegios en el ir y venir de alumnos. Aquí, si eres
un alumno brillante (talented o gifted), probablemente te toque ir a más
de un colegio al día. Vamos, lo que Ana Botella quiere poner en España con lo
de los colegios de la Excelencia (o algo así). Pues aquí esto sí se hace. Si un
alumno va muy bien en matemáticas y en lengua (su lengua, claro), tienen la
opción de ir a clases de “enrichment”, entre las que se encuentran asignaturas
como Arte, Español o pueden ir a la banda. Y en las clases de matemáticas a las
que asisten, además de las normales de clase, tienen un nivel algo más avanzado
que el resto. (Esto es pura competencia, amigos). Y si en España se puso el
grito en el cielo cuando surgió lo de las Aulas de la Excelencia (yo fui la
primera en ponerlo), ahora que veo cómo funciona, me parece bien. ¿Por qué va a
dejar de aprender algo un buen alumno si el resto de la clase no tiene nivel
como para aprenderlo? Aquí es normal y todos lo llevan con normalidad. Y hasta
la fecha no he visto a nadie decirle a nadie “yo soy más listo que tú porque yo
soy gifted y tú no”.
Bien, esto nos lleva al tema de los
autobuses. La organización es espectacular. Todos los colegios públicos poseen
el servicio de autobuses (previo pago) para que sus hijos vayan y vuelvan del
colegio. Los archiconocidos autobuses amarillos.
La organización que hay en los colegios a
la hora de la llegada de un autobús o de la distribución del alumnado en los
autobuses es para quitarse el sombrero, la verdad. Cada autobús tiene un número
y si el bus se va a retrasar aunque sea sólo dos minutos, te avisan. (Aquí lo
de llegar tarde es gravísimo). El autobús llega y en cuestión de 2 minutos, D O
S M I N U T O S, están TODOS los
alumnos sentados y preparados para salir.
Y claro, un mismo autobús tiene a lo
mejor asignada una ruta y en esa ruta le toca llevar a los alumnos excelentes
de un colegio a otro.
El profesorado y la tecnología:
Es cierto que en esta América profunda
todo es un poco como ir hacia atrás en el tiempo. Te encuentras máquinas que en
España hace cincuenta años que desaparecieron. Pero en eso radica el encanto,
la verdad.
Lo que sí que es un contraste es la
manera en la que los directores y todo el profesorado y secretario de un
colegio se comunican: por email. En cada aula hay un ordenador – imprescindible
para “pasar lista” (take attendance) – y cada día se envían emails para miles
de cosas: las secretarias te envían las ausencias del colegio de ese día, te
convocan para reuniones, te dan pautas para hacer tal o cual cosa, o algunos
profesores te venden las postales que su hijo pequeño ha hecho en su cole o te
piden si les puedes dejar celo o unas tijeras que han perdido las suyas. Se usa
para ABSOLUTAMENTE TODO: nacimientos, fallecimientos… El otro día una profe
dijo que iba a salir a comprar pizza a la hora de la comida y que si alguien
más quería, que enviara a algún alumno a su clase con dinero, que ella se
encargaba de comprar pizza. Cosas así. Y más raras…
Y esto en el día a día. El ordenador está
encendido desde que entras hasta que sales.
Hay un sistema común a cada “parish”; te
dan unas claves y a partir de ahí, todo por email. Así que en ese sentido, hay
que ponerse las pilas. ¡Ah! Y por supuesto, poner las notas. Los padres miran a
menudo la progresión de sus hijos por internet. Para ello el profesor tiene que
ir poniendo las notas de los alumnos en el sistema y ay de ti como no pongas
notas… Es un poco rollo al principio, pero te evitas tener que andando haciendo
medias de notas y rollos. La nota que tienen, es la que hay.
Los drive thru
Esto es espectacular. Es verdad que las
infraestructuras van acordes a poder hacerlo, cosa que en España sería
imposible, pero… ¿y lo cómodo que es?
A modo resumen un drive thru es lo mismo
que el McAuto. Desde el coche pides, pagas y te vas. Y puedes hacerlo en muuuuuchos
sitios (además de en los famosísimos Burger King y McDonald’s): en la farmacia,
en el banco, comprando donuts, para pagar la factura del agua y basuras, para
comprar unos daikiris…
Lo que más me impresiona es lo del banco.
¡¡¡¡Pero qué cómodo, por Dios!!!! Desde tu coche vas a la zona Drive Thru de tu
banco, metes el dinero o cheque que quieres ingresar en una especie de cápsula,
la envías mediante a un sistema igual que el que hay en Mercadona para recaudar
el dinero, le dices a la cajera qué es lo que quieres hacer, y… ¡¡¡hecho!!! La
primera vez que fui no me lo creía. Y hombre, es verdad, te acomodas, pero con
la de lluvias que hay por aquí o el calor y bochorno que hace, el hecho de no
tener que salir del coche es una gozada.
Los zipbags
Las típicas bolsas autocierre aquí se
venden por toneladas. Y joder, nunca me había parado a pensar en lo cómodas que
son. Este ha sido uno de los grandes descubrimientos que por supuesto voy a
poner en práctica en cuanto llegue a España. Las bolsas no es que sean baratas
que digamos, pero te ahorras el tener que estar usando el típico film protector
que nunca se corta por donde quieres. Que te han sobrado pechugas de pollo y
las quieres congelar, pues a un zipbag y al congelador. Que has cortado cebolla
y la quieres tener congelada, pues a un zipbag más pequeño. Que llega el verano
y la comida que no se han comido los gatos empieza a oler y si la tiras a la
basura te va a apestar todo, pues al congelador en un zipbag y fuera olores.
La seguridad y las armas
Este es un tema mucho más complicado de
defender. Ufff, ¿cómo empiezo?
Todo el mundo sabe que estoy en contra de
la violencia y todo lo que conlleva: ni maltrado animal, ni tráfico de armas,
etc. Pero aquí en Luisiana, el hecho de que la gente pueda tener en su casa un
arma, le da seguridad al barrio.
Sé que me voy a crear muchos enemigos con
esto que estoy diciendo, pero ahora que lo estoy viendo con mis propios ojos,
aquí yo puedo dormir con la puerta abierta de mi casa y dejar el coche abierto,
que en un 99,99% de las veces, no me van a venir a mi casa a robar. La ley dice
que si alguien entra en tu propiedad, tú puedes “pegarle un tiro”. ¡¡¡Por
supuesto que en esto no estoy de acuerdo!!! Pero la seguridad mental que tienes
de que nadie te va a entrar en tu casa está ahí. ¿Gracias a las armas? No lo
sé. Pero es cierto que por lo que llevo viviendo aquí – y ojo, también es
cierto que vivo en un buen barrio – veo que la gente es muy honrada (maleducada
pero honrada). No veo a nadie robando en Walmart ni encontrándose un móvil o
una cartera y no devolviéndola. No sé. Hasta la fecha es la impresión que
tengo, que la gente va a lo suyo y si algo no es suyo no tiene por qué
quedárselo.
(A todo esto, a nosotros nos ha
desaparecido/hemos perdido nuestros pasaportes con los visados y mi tarjeta
original de la seguridad social y quizá ahora hay alguien por ahí comprándose
un chalé a mi nombre…)
El sistema de correos
Además de eficaz y rápido, me encanta que
el cartero venga en una especie de lechera que se conduce con el volante a la
derecha pues es la única manera de poder conducir y aparcar junto al buzón y
dejar la correspondencia (y los millones de panfletos de publicidad que se
reciben a diario).
Lo típico de las películas. ¡¡Y me
encanta!! Que quieres enviar una carta, pues la dejas en el buzón pero le subes
la manivelilla roja; así sabe el cartero que tiene que recoger algo de tu
buzón.
Yo pensaba que era al revés, que si había
carta el cartero te subía el indicador rojo, pero no, es al contrario.
Y si has recibido un paquete, como el
cartero va en una camionetilla, pues te lo trae a casa porque tiene espacio
suficiente para llevar todos los paquetes y cartas de ese día. Nada de los
molestos “pásate por correos a recoger…”. Pero bueno, esto también es debido a
la infraestructura, así que otra cosa más que no podemos importar a Europa.
Sniff.
Lo de “no ponerle puertas al campo”
Bueno, en realidad quiero decir que las
casas normalmente no están valladas.
Esto por supuesto va directamente
relacionado con el tema de la seguridad. Casi todas las casas tienen una
especie de porche delante de la casa y ahí tú pones todas aquellas cosas que no
te caben en el garaje (o que no pones en el garaje porque no tienes garaje,
como nos pasa a nosotros). ¿Os imagináis cuánto duraría una barbacoa delante de
tu casa sin cadena y sin nadie que la vigile? ¿10 minutos? ¿Una hora? Aquí te
puedes poner el cortacésped, un conjunto de mesas y sillas de jardín, adornos,
plantas, barbacas, sofás… Lo que quieras. Si está en tu porche, nadie lo toca.
Y además, la sensación que tienes es de que tu casa es más grande porque no
está vallada.
Ok, a mucha gente no le gustará esta
sensación porque se puede sentir observada, pero lo mismo pasa con la parte
trasera de tu casa. Nunca nadie en la vida va a entrar a quitarte nada. Y yo me
monto unos chillouts que pa qué. ;-)
Verde que te quiero verde
Luisiana es verde infinita. La tierra que
tenemos en la parte trasera de la casa sirve para plantar lo que quieras.
Nosotros hemos plantado flores y en cuestión de pocas semanas las tienes más
que florecidas. La tierra es impresionantemente buena y claro, como cae lluvia
casi cada semana, apenas tienes que regar y se ponen preciosas. Además, a
nosotros Luisiana nos ha sorprendido gratamente en cuanto al paisaje. Nunca nos
imaginamos que todo iba a ser tan absolutamente verde. Y de verdad, es
precioso. No hay montañas y todo es plano, pero el verde es increíble.
Hay muchas cosas más que me han dejado
anonadada para bien, pero ya será en otra entrada, que si no ésta se va a hacer
eterna…
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